Esta técnica busca facilitar la circulación linfática. Al eliminar sustancias tóxicas y de desecho del organismo se produce un efecto depurativo y facilitador del sistema inmunitario general, lo cual redunda en una mejor defensa ante bacterias y virus.
Todos estos efectos se consiguen reduciendo la acumulación de líquidos y mejorando la absorción de las grasas en el torrente sanguíneo.
El drenaje linfático es un tipo de masaje, suave y ligero, que se aplica centrado en el sistema circulatorio, y cuyo objetivo es movilizar los líquidos del organismo, para favorecer la eliminación de las sustancias de deshecho que se acumulan en el líquido que ocupa el espacio entre las células. También se utiliza en el tratamiento de la celulitis, los problemas de circulación, las piernas cansadas, los procesos de cicatrización, el acné, los edemas, etc.
Es un buen tratamiento para la piel, ya que favorece la circulación de la sangre ayudando a que no se formen bolsas y arrugas.
El drenaje linfático acelera los procesos de recuperación postoperatoria y cicatrización, al acelerar el restablecimiento de tejidos dañados; así mismo reduce la inflamación y evita los edemas.